Receta ajo blanco
Receta ajo blanco Delicioso plato típico de Málaga que se prepara con ajo, almendras, aceite de oliva, vinagre y pan. Una receta sencilla que es perfecta para cualquier ocasión.
La receta de ajo blanco es una receta tradicional andaluza que se prepara con ajo, aceite, sal, agua y pan. Esta receta es muy sencilla de preparar, además de saludable y nutritiva. Se suele acompañar con pescado, carnes o verduras, aunque también se puede comer sola. Para preparar ajo blanco se necesitan los siguientes ingredientes: 12 dientes de ajo, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada de sal fina, 200 ml de agua y 4 rebanadas de pan. Primero se pela y se machacan los dientes de ajo. Se coloca el ajo en un mortero y se añade un poco de sal. Se machaca con el mortero hasta obtener una pasta homogénea. A continuación se añade el aceite de oliva y se vuelve a machacar. Se añade el agua y se continúa machacando hasta obtener una mezcla homogénea. Se añade el pan y se machaca hasta conseguir una pasta fina. La pasta obtenida se coloca en una sartén y se calienta a fuego lento. Se revuelve de vez en cuando para que no se pegue. Cuando esté listo, se sirve acompañado de pescado, carnes o verduras. El ajo blanco es una receta sencilla y saludable que se puede disfrutar como acompañamiento o como plato principal. Es una receta tradicional andaluza que se prepara con ajo, aceite, sal, agua y pan. Si quieres disfrutar de un plato delicioso y nutritivo, prueba esta receta de ajo blanco.
La receta de ajo blanco es una deliciosa muestra de la rica tradición culinaria andaluza. Esta sopa fría es refrescante y llena de sabor, ideal para los días calurosos de verano. Su preparación es sencilla y los ingredientes utilizados son fáciles de conseguir.
Para empezar, se necesitan 12 dientes de ajo frescos y de buena calidad. Pelarlos puede ser un tanto laborioso, pero el resultado vale la pena. Luego, en un mortero, se machacan los dientes de ajo junto con una cucharada de sal fina. El proceso de machacarlos libera todos los aromas y sabores característicos del ajo, lo que dará a la sopa su sabor distintivo.
Después, se añade un toque de auténtico aceite de oliva virgen extra, un ingrediente que realza el sabor y la textura del ajo blanco. Se sigue machacando todo junto hasta que se forme una pasta homogénea y suave.
En este punto, se agrega 200 ml de agua y se continúa machacando hasta obtener una mezcla bien integrada. La incorporación de agua asegura que la sopa tenga una consistencia adecuada y no resulte demasiado densa.